lunes, 22 de octubre de 2012

Lanzarote part II


Vuelvo con más fotos de las vacaciones. Esta vez le toca el turno a la isla de La Graciosa desde el Mirador del Río. Se puede ir hasta allí en ferri, pero nosotras decidimos dejarlo para la próxima visita porque si no, no nos daba tiempo a verlo todo. La isla de La Graciosa es de aguas cristalinas, casas blancas y calles sin asfaltar. Dicen que también hay las mejores olas de todo Lanzarote.

Momento "me como la isla"
Momento "hago el mongolo porque pienso que no haces foto"
De vuelta del mirador paramos en los Jameos del Agua y la Cueva de los Verdes, a los Jameos no entramos pero la Cueva fue maravillosa. Teníamos un guía que nos iba explicando y nos quedamos asombradas de muchas de las formas de las rocas. No es como otras cuevas que había visitado. No tenía estalactitas ni había tanta humedad. Pasamos también a la sala de conciertos y yo soñé con poder escuchar un concierto de piano, tiene que ser increíble, pero nos dijeron que por lo que queda de año no se celebraría ninguno más, así quién sabe si la vez que vuelva hay alguno.
La historia que tenemos nosotras con esta cueva es que ese día hacía tanto calor que decidimo ponernos un vestido fresquito, y al llegar allí y ver a todo el mundo en short y playeros nos arrepentimos un poco pero eso sí, fuimos las más fashion de todo el grupo :)


También visitamos el Timanfaya. Subimos por un caminito estrecho hasta que llegamos a un aparcamiento y allí ya nos estaban esperando unos guías para explicarnos cómo se formaron las montañas de fuego. Nos hicieron una demostración para que viéramos lo caliente que está todavía la tierra después de más de 200 años desde su entrada en erupción. Allí también hay un restaurante y nos mostraron su asador: un agujero con una gran rejilla de la que salía el calor de la tierra. Imaginar la temperatura del subsuelo para que se pueda cocinar en ella.

Detalle de las lámparas de los servicios

domingo, 21 de octubre de 2012

Weekly moments

Ya es tiempo de botas
Viernes, 10 de la mañana, 3 ºC y niebla
Terminada la segunda parte
Todo listo para empezar el regalito para Jorge
Lista la moto de Jorge
Empezando un nuevo libro

miércoles, 17 de octubre de 2012

Lanzarote part I

La semana que pasé en Lanzarote fue la mejor de todo el año. Hacía tiempo que llevaba deseando estas vacaciones y al fin llegaron dejando un gran sabor de boca.
El día que llegamos ya era de noche, el avión llego sobre las 22.30h pero la cola para alquilar el coche eran terribles y nos pasamos en ella más de una hora, así que cuando lo cogimos ya nos fuimos derechas para el hotel.


Al día siguiente desayunamos tranquilamente y visitamos un poquito de la zona dónde dormíamos: Puerto del Carmen. Era un pueblecito prácticamente turístico en el que éramos pocos los españoles, ya que predominaban ingleses y alemanes. Hacía muy buen tiempo así que después de un bonito y relajante paseo cogimos el coche y nos fuimos a Arrecife a hacer la compra. Teníamos un apartamento así que nos lo pasábamos genial cocinando e innovando.

A la tarde no nos pudimos aguntar y nada más comer nos bajamos a la piscina. Nos lo pasamos como niñas jugando con las colchonetas que tenía el hotel.


 Cuando el sol empezó a irse decidimos buscar una playa que nos había dicho desde la que se ve aterrizar y despegar aviones. Quedamos alucinadas y es que vuelan tan cerca de ti que hasta asusta. Fuimos prácticamente todos los días, hasta un día pasamos por el McDonals y nos plantamos en un alto justo enfrente del aeropuerto a verlos. Impresionante.


El jueves nos llovió bastante y nos pilló viendo los aviones, así que nos montamos rápido en el coche y nos fuimos para el hotel, pero por el camino nos pillaron unas medio inundaciones en el paseo de la playa de Puerto del Carmen.


A la tarde nos fuimos a la aventura y terminamos viendo los viñedos típicos de allí. Nosotras, que somas de una zona de mucha uva y buen vino, quedamos asombradas de la manera en que estaban colocadas allí las vides. Aunque los huertos en general también eran muy diferentes a lo que estamos acostumbradas. De echo, tuvimos que parar el coche para tocar la tierra, que parecía gravilla en comparación con la tierra rojiza y llena de torrones que tenemos en El Bierzo.