lunes, 21 de enero de 2013

Sabias palabras


El otro día ocurrió algo que me llamó la atención. Resulta que en el edificio de mi amiga Sara, una ONG, ha puesto unas cajas en cada rellano para que se meta ropa y calzado que ya no se utiliza y así donarla a quién más la necesite. Pues bien, su padre, comenzó a meter camisas, jerseys y pantalones que estaban prácticamente nuevos y todo, todo, era de marca. Cuando se le preguntó por qué metía esa ropa y no otra más trallada o "sencilla" (sin marca), él respondió: "Para qué las quiero? Por ser de marca se las tiene que quedar? Acaso otra gente no tiene derecho a vestirse con este tipo de ropa? La gente cuando va vestida con ropa de marca no suele ser la vez que mejor vestidos van."


Y sí, tiene toda la razón. A algunos nos cuesta desprendernos de ese tipo de ropa por el mero hecho de que lleva un simbolito en el pecho, en la manga o simplemente en la etiqueta interior, a pesar de que estén hechas trizas y sepamos con certeza de que jamás las vamos a volver a poner. Pero él nos dió una gran lección que yo no pude dejar de compartir por aquí.

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