Today I hate it. Tomorrow I want it

Los que me conocen dicen que soy de gusto raro. Yo siempre me río y les doy la razón. A mí las cosas, sobre todo en moda, me gustan según el día. Y casi siempre, lo que menos me atrae, lo que más ridículo me parece, lo que digo "Dios mío, yo eso NUNCA me lo pondría" (enfatizando el "nunca"), al poco tiempo lo quiero a muerte.

Me ha pasado con las Converse. Me pasó hace años y fue cuando me di cuenta de mis repentinos cambios de gusto. Me parecían cutres, horteras, ni por asomo me planteaba tener unas, hasta que un día, entré en una tienda de deporte, las vi tan rosas, tan monas que dije "me las llevo", y hasta hoy. Esas rosas primeras están hechas un desastre, de tantas lavaduras son medio grises, están rotas... pero tengo dos pares más, unas en verde y otras en rojo. Las tuve negras, pero se me destrozaron en un día de lluvia y ahora estoy convencida de que me volveré a comprar mis queridas Converse rosas.

Otro ejemplo más de mi locura son los abrigos y chalecos de pelo. Hace algunos años, por Navidad, mi madre me regaló un abriguito de pelo blanco, precioso. Yo lo acepté, claro, pero no me terminaba de convencer, aún así, lo uso, aunque he de confesar que sólo en días de ir "muy elegante". Desde luego en mi mente no tenía idea de querer comprarme otro, sobre todo porque cada vez que veía a alguien que lo llevaba tenía yo una frase un tanto ordinaria. Pero un sábado entré en Zara y vi allí un chaleco precioso (y mira que no me gustan) pero me lo probé y me lo llevé. Desde luego ambas prendas son sintéticas, porque si que no paso por llevar una piel de verdad, con eso si que no puedo. Pero el caso es que daré uso este invierno a dos abrigos que nunca pensé que me encantarían.

También tienen historia los calcetines altos con faldas. No los podía ni ver. Me parecía algo tan... uf, no sé ni cómo definirlo. Sin embargo ahora tengo dos pares y me muero de ganas por estrenarlos. No sé con que calzado ponerlos, eso es lo mano, porque falda y short ya los tengo pensados... Pronto se me ocurrirá algo, aunque se aceptan ideas!

Y ahora quiero algo más que el invierno pasado odiaba a muerte:

Botas HUNTER: Nunca me han gustado, y siempre me pareció una aberración pagar semejante precio por unas botas de goma que encima pesan, pero me ha dado la vena y las quiero, además ya sé que color y todo. El problema es pagarlas, pero quien sabe, los Reyes Magos no están tan lejos y si escribo la carta con tiempo...

Botas UGG: Con esto sí que sorprendo, y mucho. Me parecían patéticas. No les encontraba lógica usarlas por la calle, para mi forma de ver, era (y son) zapatillas de andar por casa, pero aquí estoy yo, dispuesta a llevarme la contraria, y ahora me encantan. Las deseo en marrón y en negro. Altas o bajas. Aunque eso sí, en esto no estoy dispuesta a pagar el precio de las originales, buscaré sus pequeñas réplicas y me las cogeré.

Botín con cuña: Nunca me disgustaron del todo, la verdad, pero aún así no me veía con ellos. Hasta esta temporada, que es entrar en una zapatería y la vista se me va a ellos. Estoy en busca y captura de los botines ideales, posiblemente me llevará tiempo, pero no tengo prisa, el otoño prácticamente no ha llegado.